Me quiere. No me quiere. No me quiere, me quiere. No me quiere y esa
es la cuestión. Por momentos, es el ser más especial que haya habitado en este
mundo, el único, el más encantador, todo un príncipe azul y de repente, es lo más
despreciable, desagradable y deshonesto que haya conocido. Lo amo pero a la vez
lo quiero matar y no es un típico dilema que cualquier ser humano con sentimientos
tendría. Sé que no lo hace apropósito, sé que me quiere, que me valora y
respeta, pero no se cuándo lo hace de corazón y cuando por conveniencia. Es
amarlo a pesar de todo y sin embargo es
morir en el intento.
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